Una vez, un cliente potencial me pidió que creara una instalación interactiva para su tienda insignia. El proyecto prometía:
- Atraer un flujo constante de gente a su local.
- Generar una avalancha de contenido para redes sociales.
- Desmarcarlos por completo de su competencia.
- Crear una experiencia de marca con un valor publicitario estimado en más de 500.000 dólares.
Y estuve a punto de pasarles un presupuesto de 5.000 dólares.
¿Por qué tan bajo? Porque mi cerebro hizo un cálculo rápido: "unas 40 horas de trabajo" multiplicado por mi tarifa por hora. Estaba pensando en mi coste, no en el valor que estaba a punto de crear para ellos. Estaba a punto de cometer el error que nos paraliza a casi todos en el mundo creativo.
Por suerte, un mentor me frenó en seco con una pregunta que lo cambió todo: "¿Cuánto vale esto para ellos?"
Respiré hondo, rompí mi presupuesto original y lo rehice: 35.000 dólares. Lo envié con el corazón en un puño. Su respuesta fue inmediata: no solo aceptaron, sino que me preguntaron si podía replicarlo en tres locales más.
Ese momento fue una sacudida. Cambió para siempre mi forma de entender el valor de mi trabajo.
El Cortocircuito Mental que nos Hace Cobrar Menos
Seamos honestos. Cuando ponemos precio a nuestro trabajo, nos basamos en:
- El tiempo que creemos que nos va a llevar.
- Lo que nos sentimos "cómodos" pidiendo.
- El miedo a que el cliente diga que no.
- Lo que cobramos la última vez (aunque apenas llegáramos a fin de mes).
Nada de eso importa. Es un monólogo interno basado en la inseguridad, no en la realidad del negocio.
Aquí está la verdad fundamental: El precio debe ser un reflejo del valor que creas para tu cliente, no una compensación por el tiempo que inviertes.
Un Marco para Valorar tu Trabajo (y tu Cordura)
Este es el proceso que he destilado a lo largo de los años. No es una fórmula mágica, es una brújula.
Paso 1: Conviértete en un Detective de Valor
Antes de siquiera pensar en números, tienes que investigar. Tu misión es entender el ADN del problema de tu cliente.
¿Qué dolor estás aliviando?
- ¿Necesitan facturar más?
- ¿Quieren reducir costes operativos?
- ¿Buscan una ventaja para aniquilar a su competencia?
- ¿Necesitan que su marca se sienta relevante y viva?
¿Cuál es el impacto real en su negocio?
- ¿Cuántos ingresos podría generar tu solución? Sé específico.
- ¿Cuánto tiempo o dinero les ahorrarás? Cuantifícalo.
- ¿Cuál es el coste de que no hagan nada? Este es tu as en la manga.
¿En qué liga juegan?
- ¿Es una startup con 10.000 dólares en el banco o una multinacional que factura 10 millones?
- ¿Qué otras inversiones están haciendo? ¿Están gastando 100.000 dólares en marketing pero te regatean 1.000 a ti?
Paso 2: Encuentra las Anclas de Valor
Ahora, traduce esas respuestas en cifras concretas. Estas son tus anclas.
- Impacto en Ingresos: ¿Tu trabajo aumentará las ventas? ¿Mejorará la conversión? ¿Abrirá una nueva línea de negocio? Ponle un número.
- Ahorro de Costes: ¿Reducirás horas de trabajo manual? ¿Automatizarás un proceso ineficiente? ¿Evitarás un error costoso? Tradúcelo a dinero.
- Valor Estratégico: Este es más etéreo pero igual de potente. ¿Tu trabajo les dará una ventaja competitiva, diferenciará su marca o les abrirá un nuevo mercado? Esto vale oro.
Paso 3: La Regla del 10% como Punto de Partida
Aquí tienes una buena forma de empezar: cobra alrededor del 10% del valor que generarás durante el primer año.
- ¿Tu trabajo generará 200.000€ en nuevos ingresos? → Tu proyecto vale 20.000€.
- ¿Les ahorrará 50.000€ en costes operativos? → Tu proyecto vale 5.000€.
- ¿Creará un equivalente a 500.000€ en publicidad? → Tu proyecto vale 50.000€.
Esto no es una ley, es una prueba de fuego. Si estás creando 100.000€ de valor y cobrando 2.000€, no estás siendo humilde. Estás saboteando tu propio negocio.
Historias del Campo de Batalla
La teoría está muy bien, pero veámoslo en acción.
Caso 1: La Instalación Interactiva
- El Cliente: Una marca de retail abriendo su tienda insignia.
- La Petición: "Queremos algo guay y tecnológico en la entrada".
- Mi Primer Impulso (Erróneo): "Esto son unas 40 horas. Unos 5.000€ y listo."
- El Análisis de Valor Real:
- Aumento del tráfico en la tienda (estimado +30%).
- Contenido viral en redes sociales (valorado en +100.000€ de publicidad).
- Cobertura mediática (valorada en +200.000€ de RRPP).
- El Presupuesto Final: 35.000€ por la primera, 25.000€ por las siguientes.
- La Respuesta del Cliente: "Nos parece razonable. ¿Puedes hacer tres más?"
- La Lección: Yo pensaba en horas. Ellos pensaban en Retorno de Inversión (ROI). Hablábamos idiomas diferentes.
Caso 2: La Herramienta Web "Sencilla"
- El Cliente: Una agencia creativa ahogada en la gestión de 50+ proyectos.
- La Petición: Una herramienta interna para saber quién está haciendo qué.
- Mi Primer Impulso: "Una app CRUD estándar. Unos 8.000€."
- El Análisis de Valor Real:
- Su sistema actual era un caos de hojas de cálculo que consumía 10 horas/semana de un project manager.
- Tiempo ahorrado al año: ~500 horas.
- Valor de ese tiempo: ~36.000€/año.
- Reducción de errores y retrasos: +50.000€/año en ingresos recuperados.
- El Presupuesto Final: 18.000€ + 200€/mes de mantenimiento.
- La Respuesta del Cliente: "Se paga solo en 4 meses. Empecemos ya."
- La Lección: Una herramienta "sencilla" que resuelve un problema doloroso vale mucho más que la suma de sus partes.
Coreografía de Precios: 3 Modelos para cada Ocasión
No todos los proyectos son iguales. Aquí tienes tres modelos que uso para adaptar la estructura del precio al contexto.
Nivel 1: Precio Basado en Valor (El Sube-escenarios)
- Cuándo usarlo: Cuando los resultados de negocio son claros y medibles.
- Estructura: Precio fijo basado en el valor creado.
- Ejemplos: Instalaciones interactivas, herramientas a medida, experiencias de marca.
- La Lógica:
Precio = (Valor Estimado para el Cliente × 10-20%) + Prima de Riesgo
Nivel 2: Precio por Entregable (El Concierto)
- Cuándo usarlo: Cuando el alcance es específico pero el ROI es más difuso.
- Estructura: Precio fijo por cada pieza entregada.
- Ejemplos: Diseño de una web, producción de un vídeo, impartir un taller.
- La Lógica:
Precio = (Horas Estimadas × Tarifa por Hora × 1.5) + Materiales. Esex1.5es tu colchón para cambios, revisiones y gestión.
Nivel 3: Retainer (El Asesor de Confianza)
- Cuándo usarlo: Para soporte continuo, cuando el alcance es fluido.
- Estructura: Tarifa mensual por un bloque de tiempo o disponibilidad.
- Ejemplos: Asesoría técnica, mantenimiento, desarrollo continuo.
- La Lógica:
Retainer Mensual = (Horas Semanales × Tarifa por Hora × 4.3) × 1.2. Elx1.2premia la estabilidad y el compromiso a largo plazo.
Cómo Presentar el Precio sin que te Tiemble la Voz
Aquí es donde se gana o se pierde la partida. No es solo el número, es cómo lo enmarcas.
La Propuesta de Tres Vías
Ofrece siempre tres opciones. Esto no es para confundir, es para anclar el valor y dar al cliente una sensación de control.
- Opción 1: La Esencial ($X): Los entregables básicos. Sin florituras.
- Opción 2: La Profesional ($X × 1.5): La solución ideal. Incluye extras que realmente marcan la diferencia. La mayoría elegirá esta.
- Opción 3: La Premium ($X × 2.5): El servicio completo. Incluye soporte prioritario, formación, y todo lo que se te ocurra.
La psicología detrás de esto es poderosa: La opción 2 de repente parece increíblemente razonable.
La Conversación sobre el Valor
Cuando digas el precio, no hables de ti. Habla de ellos.
- ❌ NO DIGAS: "Esto me llevará unas 40 horas a 150€/hora, así que son 6.000€". (A nadie le importan tus horas).
- ✅ SÍ DI: "Basado en vuestro objetivo de aumentar el engagement en un 25%, lo que podría generar unos 150.000€ en ingresos adicionales, la inversión en este proyecto es de 18.000€. Eso es un ROI de más de 8 a 1 solo en el primer año."
Bailando con las Objeciones
Te las encontrarás. No son un ataque personal, son una petición de más información.
- Objeción: "Es más de lo que esperábamos."
- Tu Respuesta: "Lo entiendo. Volvamos al valor que estamos creando. Esta inversión debería generar [X valor]. ¿Un ROI de [Y] tiene sentido para el negocio?" Si sigue siendo alto, ofrécete a reducir el alcance, no el precio.
- Objeción: "¿Puedes hacerlo por [la mitad]?"
- Tu Respuesta: "Para llegar a ese presupuesto, tendríamos que redefinir el alcance. Esto es lo que podríamos hacer por [esa cifra]. ¿Sigue resolviendo vuestro problema principal?"
- Objeción: "Tengo otros presupuestos más bajos."
- Tu Respuesta: "Es una buena referencia. ¿Podemos comparar qué incluye cada propuesta? A menudo, un precio más bajo significa un alcance diferente o menos experiencia. Asegurémonos de que estamos comparando manzanas con manzanas."
Los Errores que Todos Hemos Cometido (Sí, yo también)
- Presupuestar en la primera llamada. (Error de novato. Escucha primero, presupuesta después).
- Cobrar por horas. (Te penaliza por ser más rápido y eficiente. Un suicidio a largo plazo).
- No definir las revisiones. (Las "pequeñas modificaciones" son el cáncer de la rentabilidad).
- Ofrecer un descuento porque te pones nervioso. (Proyectas inseguridad. Di tu precio y quédate en silencio. El primero que habla, pierde).
La Confianza es un Multiplicador de Valor
Esta es la verdad más incómoda y más liberadora: tu precio comunica tu confianza tanto como tu competencia.
Si cobras 50€/hora, te tratarán como un ejecutor de tareas. Si cobras 250€/hora, te tratarán como un socio estratégico.
Misma persona. Mismo trabajo. Percepción radicalmente diferente.
Tu precio es la primera señal del valor que vas a aportar. No empieces la conversación pidiendo disculpas.
Este es solo el comienzo. Cambiar tu mentalidad sobre el precio es una de las palancas más poderosas para construir una carrera creativa sostenible y soberana. No se trata de exprimir a los clientes, se trata de una transacción de valor justa y transparente que permite a ambas partes ganar.
La pregunta que te dejo es: ¿qué pasaría si, en tu próximo proyecto, te atrevieras a poner el precio que realmente refleja el valor que estás a punto de crear?
Ahora, ve y haz que suceda.
